¿Cómo se preparan los directivos para transformar su forma de trabajo para servir mejor?

“El Programa de Autodesarrollo para Directivos me ofreció un espacio seguro de conversación bidireccional. Expresa un foco claro en el objetivo de la actividad y reúne speakers con tremendas habilidades comunicacionales, con capacidad de transferir contenidos e invitar al desarrollo de competencias para, finalmente, llegar a una reflexión”, afirmó Luis Enrique Vega, director de la Escuela de Postgrado de Medicina, al concluir la tercera sesión del Programa de Auto-Desarrollo (PAD).

Organizado por Dirección de Personas, el PAD es una nueva modalidad para el tradicional Seminario de Directivos, orientada al autodesarrollo de las principales autoridades y jefaturas de las unidades académicas y administrativas. Liderado por el equipo de emêrgap, el programa se enfoca en la transformación de las personas y de las organizaciones, a través del liderazgo de las jefaturas.

“Puedes tener claro qué debes hacer, pero ¿de dónde sacas la fuerza para dar esas batallas? En este proceso de transformación hay que darse cuenta de que las pasiones del corazón humano se levantan al servicio de esa grandeza y entonces da la batalla que debe dar”, explicó Álvaro González Alorda, socio fundador de emêrgap. “La gente hace pocos esfuerzos por cambiar su forma de trabajar hasta que se da cuenta de que es trascendental”, agregó sobre el proceso para instalar competencias en las personas y así capacidades en la organización. “Si uno es experto en cócteles y el otro en playlist, entre los dos son capaces de organizar una fiesta”, ilustró. Y para lograrlo, es necesario un liderazgo transformador.

“La frase ‘pararse sobre hombros de gigantes’ proviene de la mitología griega, cuando Orión le pide a Cedalion que sea sus ojos mientras lo lleva en sus hombros. En el PAD comprendí que el verdadero liderazgo implica aprender a ser ese ‘gigante’ para otros: confiar en nuestros equipos, dejarlos ver más allá a través de nosotros y dejar que nos guíen”, reflexionó Miguel Rebolledo, gerente del Centro IMPACT.

De ahí la importancia del Flow, ese fluir del trabajo que se obtiene gracias a la confianza, “que te hace dar lo mejor sin miedo, porque sabes que serás respaldado”, aseguró Álvaro González Alorda. Para ello es vital una buena comunicación verbal y no verbal, usar adecuadamente las nuevas herramientas digitales que agilizan el trabajo diario, la integridad, la cercanía y el feedback. Al mismo tiempo, es fundamental tener una estrategia clara y simple, saber priorizar, delegar y ejecutar las tareas de manera ágil. En este sentido “entendí que nadie se vuelve gigante sin antes detenerse a reflexionar en cómo lograrlo, como lo hemos hecho en el programa”, aseguró Miguel Rebolledo.

“El programa ha sido hasta ahora una instancia de reflexión personal, enfocada en potenciar las capacidades propias como desarrollar habilidades hacia el trabajo y los demás. Es, en este sentido, un programa que coloca el énfasis en el desarrollo personal a partir de lo identificado por encuestas como la autopercepción”, refiere Pedro Iacobelli, director del Instituto de Historia.

Sobre la metodología institucional, el socio de emêrgap se refirió a la importancia de contar con un plan estratégico lo suficientemente simple, con un propósito breve y memorable, porque “debes tener claro el para qué”. Manifestó que las mejores instituciones del mundo tienen tres o cinco prioridades estratégicas, pues “las prioridades te dan criterio y eso te permite generar proyectos adecuados”.

Ante la alta competencia e inestabilidad, como los cambios tecnológicos disruptivos, cambios sociales, cambios de expectativas en el consumidor, hoy hay mucho que repensar sobre qué es una universidad, planteó, pero destacó que más allá de que el contenido debe ser de excelencia, hay experiencias muy modeladoras, como las conversaciones que tienes en un espacio universitario. “No hay nada más transformador que una conversación entre un profesor y alumno, entre un profesor senior y uno joven”, asegura González Alorda. “Al finalizar el curso espero haber logrado avanzar en las metas propuestas, entendiendo que no son un fin en sí mismas, sino parte del desarrollo personal que redundan en el equipo a mi cargo”, agrega Pedro Iacobelli.

Luego de la sesión plenaria, los participantes se dividieron en tres grupos de trabajo, liderados por Álvaro González Alorda, Catalina Arboleda, socia de emêrgap, y Raúl Lagomarsino, miembro de emêrgap y profesor del ESE Business School, con el objetivo de compartir lo aprendido hasta ahora a través de las clases y de las tareas propuestas por el programa. “Salí alimentado espiritualmente y entusiasmado de la actividad al oír diversos testimonios de mis pares y conocer a una parte de la comunidad de líderes de nuestra Universidad”, compartió Luis Enrique Vega.

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