“El verdadero maestro es aquel que sabe hacer plenamente compatible la exigencia académica con un trato delicado y siempre respetuoso hacia sus estudiantes”
“La vida académica siempre se ha caracterizado por su alegría. Sin embargo, para nosotros, éste es un momento de pena”, expresó el Rector José Antonio Guzmán al dar inicio a su discurso de inauguración del año académico 2024, a pocas semanas del triste fallecimiento de la alumna Catalina Cayazaya Cors. “Por eso, no leeremos hoy la Memoria de las actividades universitarias del año pasado ni se pronunciará la lección magistral”.
En esta sobria ceremonia de inicio del año académico, lo acompañaban en la testera la secretaria general de la Universidad, Pilar Ureta Lyon, y el vicerrector académico, José Miguel Simian Sosa, junto a los profesores, directivos, representantes estudiantiles y amigos de la Universidad que asistieron al Aula Magna de Biblioteca y que entonaron el himno de la Universidad de los Andes al finalizar.
Con palabras de mucha esperanza, el Rector explicó que “este momento de adversidad puede ayudar a sacar de nosotros nuestras mejores fuerzas, a corregir errores y emprender con nuevo empeño y más humildad nuestra tarea formativa”, porque “no somos inmunes al peligro de pensar que la cultura del buen trato que nos hemos empeñado en desarrollar durante todos estos años sea un bien ya conseguido, una suerte de patrimonio común a toda la Universidad. Los dolorosos sucesos de estos días nos muestran que esto no siempre es así, y que el empeño por promover y asegurar la dignidad humana es una tarea constante en la que hemos de empeñarnos de manera permanente”.
El Rector dio cuenta de los cambios sociales que se han sucedido durante nuestros 34 años de historia y que, además de las tareas de docencia, investigación y vinculación con el medio, nos desafían hoy a apoyar a una generación que ha sufrido los efectos de la pandemia, que recibe una gran influencia de las redes sociales, que está expuesta a una cultura exitista y que enfrenta una salud mental más vulnerable. “Hoy la sociedad espera más de las instituciones de educación. Tenemos una tarea de formación -que no tuvimos en el pasado- de guía, de contención y servicio hacia la comunidad universitaria de la que debemos hacernos cargo”, alentó.
El Rector también recordó a los presentes que la Universidad ya presentó una primera respuesta a la solicitud de información que hizo la Superintendencia de Educación Superior y que en las próximas semanas se estudiarán nuevas medidas para impulsar más instancias de escucha y conciliación en el campus. “No queremos tan solo resolver esta situación, como quien simplemente remueve un obstáculo en su camino. Queremos ver de nuevo y a fondo qué más podemos hacer para conseguir que la cultura del respeto por la dignidad personal, que buscamos que sea un sello que caracteriza la vida en la universidad, impregne todo nuestro quehacer, incluidas las instancias en que los estudiantes desarrollan sus actividades fuera del campus”, indicó.
Compartimos con ustedes su discurso completo, que nos invita a reflexionar sobre la misión universitaria en estos momentos.








