Este jueves 26 de octubre se cumple un año de la entrega de la “Biblioteca Juan de Dios Vial Larraín”, aquella que antecede a la Sala del Consejo Superior en Rectoría. “Es su biblioteca personal, donde tenía entre 800 y 900 libros, que eran como el corazón de su vida intelectual”, explica Manuel José Vial, consejero de Rectoría e hijo del reconocido filósofo nacional, fallecido en noviembre de 2019, a los 95 años (ver recuadro). Fue entonces cuando la familia Vial Echeverría decidió donar esta biblioteca a la Universidad de los Andes.
“La forma que tomó fue bonita”, recuerda Manuel José, “se nos ocurrió la idea de reproducir en la Universidad la misma biblioteca que tenía en el living de su casa y que le daba mucha vida”. El consejero tenía conocimiento de la sala ubicada en Rectoría y que aún no había sido amoblada, pues su decoración carecía de prioridad para el presupuesto de la Universidad, frente a necesidades como la investigación o la docencia. “Ya se resolverá, pensaba yo, y así fue… apareció esta estantería que cabía exactamente en el muro”, narra ‘Jota’ Vial. Además, entre los hermanos donaron también los sofás y la mesa de centro del living, mientras que Manuel José entregó el escritorio y el sillón de su padre para completar este rincón tan personal.
Catalogación libro por libro

El consejero de Rectoría Manuel José Vial Echeverría en casa de su padre, Juan de Dios Vial Larraín, junto a representantes de las direcciones de Biblioteca y de Operaciones, revisan minuciosamente la biblioteca que deberán trasladar al edificio Central del campus UANDES.
Para concretar esta idea, un equipo de Biblioteca, liderado por Hortensia Lagunas -entonces jefa de Procesos Técnicos de la Dirección de Biblioteca- y conformado por Paula Suazo, Gina Murúa y Bárbara Contreras, se instaló en la residencia del Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales durante cuatro días, para revisar cada uno de los libros, además de comparar su contenido con las obras existentes en la Dirección de Biblioteca UANDES y reconocer así el aporte al conocimiento que esta colección significaría para la Universidad. La mayoría de los libros fueron nuevos para el catálogo.
Paralelamente, el fotógrafo de la Dirección de Comunicaciones, Rolando Oyarzún, fotografió cada repisa, para luego poder replicar la biblioteca personal exactamente de la misma manera en las nuevas dependencias del campus universitario. Finalmente, unas 35 cajas perfectamente rotuladas salieron de la residencia rumbo a San Carlos de Apoquindo 2.200, junto con el estante -que debió bajar 15 pisos-, para dar nueva vida a esta colección.
Entonces, el 26 de octubre de 2022, los nueve hijos de Juan de Dios Vial Larraín, junto a sus respectivas familias, asistieron al edificio Central para participar en una íntima ceremonia, acompañados por algunas autoridades universitarias y profesores vinculados al filósofo. Los invitados recibieron, además, un cuadernillo que contenía el discurso del Rector Raúl Bertelsen Repetto y la clase magistral que pronunciara el profesor Juan de Dios Vial Larraín, con ocasión del primer acto inaugural de la Universidad de los Andes, en mayo de 1990.
Itinerario intelectual de un filósofo
En la oportunidad, el profesor del Instituto de Filosofía, Alejandro Vigo – amigo personal e intelectual de Juan de Dios Vial- destacó la amplitud de intereses retratado en la nueva biblioteca. “No es una biblioteca enorme, sino que está centrada en cosas esenciales”, aseguró el académico, haciendo referencia al estilo de vida de su creador.
En ella se encuentran obras sobre literatura, poesía, metafísica, ética, psicoanálisis, ciencias, lingüística, lógica, matemática, antigüedad clásica, mitología y otros temas, muchas de ellas en francés. En cuanto a los textos filosóficos, Manuel José Vial refiere que “es una biblioteca centrada en las fuentes, donde están los autores fundamentales de la filosofía occidental, la metafísica clásica y moderna, y lo que articula este conjunto es Descartes, que fue el autor que lo entusiasmó para desarrollar su pensamiento”, parafraseando al profesor Vigo.
“Alejandro Vigo estableció una relación muy particular con Juan de Dios Vial, se miraban y se entendían, comprendió muy bien su itinerario intelectual”, explica el consejero de Rectoría. Por ello, la familia Vial Echeverría le pidió dirigir la edición crítica de las obras del filósofo nacional, con miras a crear la Cátedra Juan de Dios Vial Larraín en un futuro.
Es así como el profesor Vigo, acompañado por el PhD. en Filosofía UANDES Luciano Garófalo, se dieron a la labor de revisar los más de 15 libros publicados por Juan de Dios Vial durante su larga vida académica, para editar el aparato crítico de su obra. “El primer tomo viene en barco, llegaría a fin de mes con 300 ejemplares”, adelanta ‘Jota’ Vial sobre la publicación realizada con editorial EUNSA, España, y coeditada por las universidades Católica y de Chile, donde el profesor Vial Larraín desarrolló su carrera. En 2024, cuando se cumplen 100 años del nacimiento de Juan de Dios Vial Larraín, se espera contar con la segunda parte de la revisión crítica de su obra.



















(1924-2019)
Juan de Dios Vial Larraín
El reconocido autor de diversos libros y publicaciones estudió Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile y Filosofía en la Universidad de Chile, donde además recibió el título de bachiller en Humanidades. Realizó estudios de posgrado en Filosofía en el Instituto de Estudios Políticos de Madrid, España; la Universidad Harvard y la Universidad de Kansas, Estados Unidos; la Universidad de París, Francia; y la Universidad de Lovaina, Bélgica.
Fue profesor visitante de las universidades Autónoma de Barcelona, de Granada y de Navarra; decano de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que lo nombró Doctor Scientiae et Honoris Causa, y Rector de la Universidad de Chile entre 1987 y 1990.
En octubre de 1972 se incorporó como miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, de la cual fue presidente entre 1990 y 1994. En 1997 recibió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile, debido a «la trascendencia que ha tenido su contribución intelectual en el plano nacional e internacional y su dedicación a la vida universitaria y a la formación de discípulos y alumnos a lo largo de su carrera académica».
Entre 2004 y 2012 fue integrante del directorio de Televisión Nacional de Chile y fue vicepresidente del Consejo Nacional de Televisión.