Un grupo de 40 estudiantes viajó a Roma para participar en el Jubileo de la Iglesia Católica 2025. Acompañados por el capellán Jaime Williams, la profesora de la Facultad de Enfermería y Obstetricia Consuelo Cerón y la coordinadora de Pastoral y Proyectos Sociales de Vida Universitaria, Margarita Álamos, los alumnos se sumaron a los miles de peregrinos de todo el mundo para representar a la UANDES en este evento que la Iglesia convoca cada 25 años para renovar la fe, buscar el perdón y vivir con esperanza.
El capellán Jaime Williams cuenta que el viaje del Jubileo de la Juventud “fue una experiencia maravillosa desde el comienzo. Ya al partir había un clima de amistad entre todos, de alegría y de servicio. Conforme avanzaban los días, estos lazos se fueron haciendo más hondos, ya que los trayectos en bus daban tiempo para conversar con unos y otros. No obstante el cansancio que se iba acumulando, la buena relación no decayó, como tampoco el buen humor. Por otra parte, cada uno de nosotros pudo rezar y encontrarse con Dios en los lugares de los santos, de milagros, en el encuentro con el Papa, etc.
En suma, fue de verdad, un ‘jubileo’, una peregrinación de ‘júbilo’ en la que pudimos vivir de muchas maneras el amor que Dios nos tiene”.
“Guardo en el corazón la imagen de más de un millón de jóvenes recogidos en absoluto silencio en adoración al Santísimo y acompañando al Papa en oración, y después, la infinita y contagiosa alegría de los jóvenes portadores de la luz de Cristo”, comenta Consuelo Cerón.
Margarita Álamos también comparte la alegría de haber vivido esta experiencia junto a los alumnos: “Ha sido realmente un regalo. Uno llega con expectativas, pero el Señor nos va sorprendiendo aún más. Es primera vez que viajamos tantos de la universidad, por lo que fue una experiencia realmente muy linda. Ver a los alumnos con tanta alegría, disfrutando de los lugares, de las historias, y, sobre todo, viviendo la fe en comunidad, ha sido un verdadero privilegio. Espero que esta experiencia se la lleven en el corazón, como yo me la llevo, y que la puedan compartir con sus compañeros, amigos y familia. Le doy gracias a Dios por tan inmenso regalo y por hacer experimentar Su amor en esta peregrinación”.
