Vivir libremente lo obligatorio ayuda a la Acreditación

A todas las personas con contrato les recordamos la importancia de registrar su entrada y salida a través del sistema GeoVictoria, desde la aplicación de celular o desde la página web, como se puede ver en este instructivo. Si necesitas un recordatorio diario, descarga la App y recibirás uno 15 minutos antes de tu entrada y salida (siempre puedes desactivarlo en la configuración de tu dispositivo móvil).

Este proceso es uno de los requisitos observados en el proceso de autoevaluación para el proceso de Acreditación Institucional de la Universidad. También es necesario para cumplir con la normativa laboral vigente, porque “en toda sociedad humana hay un mínimo de normas que deben acatarse“, como nos recordó nuestro rector honorario, Mons. Fernando Ocáriz, en su clase magistral.

En toda sociedad humana hay un mínimo de normas que deben acatarse. Es importante también enseñar que la libertad no está reñida con las normas ni con las obligaciones. Todos tenemos obligaciones, queramos o no. Por ejemplo, tenemos obligación de respetar las leyes del tráfico: ante un semáforo rojo hay que detenerse. La vida entera está llena de normas, y la universidad no es una excepción. Son normas de convivencia, de buen funcionamiento, de buena educación, etc., tanto para los profesores como para los alumnos, tanto para los directores como para los administrativos, porque lo contrario sería caótico. Pero lo importante es que se viva en libertad. Y no solo en aquello a lo que no se está obligado, sino también para vivir libremente lo obligatorio. Esta es la clave para ser libres: enseñar a vivir libremente lo obligatorio. ¿Y es posible eso? Es posible y, en el fondo, es necesario para la plenitud humana, porque, si no, estaríamos siempre sintiéndonos coartados por las normas y leyes de toda especie. Tanto por parte de los profesores como de los alumnos, en todo lo que es obligatorio en la universidad para su buena marcha, es necesario que se viva en libertad. .
(…)
Hay que ver el bien de la norma para amar la norma; y amando la norma, somos libres. Esto hay que enseñarlo, transmitirlo, vivirlo: transmitirlo, en primer lugar, a los profesores, y también a los alumnos. Enseñar que somos libres también cuando obedecemos.

* Vivificación cristiana de las instituciones educativas, página 37

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